
Su repercusión en el Congo
El coltán es un mineral metálico relativamente escaso en la naturaleza que se compone esencialmente de colombita y tantalita, dos minerales que se utilizan en la fabricación de componentes para dispositivos electrónicos por sus cualidades. Especialmente atractiva resulta la tantalita, de la que se extrae el tantalio, un metal refractario que resiste muy bien la corrosión siendo muy maleable e inerte prácticamente a todos los compuestos orgánicos e inorgánicos
.

Extraer coltán puede resultar barato pero nunca es sencillo. Uno de los principales problemas radica en su escasez, aunque en este punto los expertos no se ponen de acuerdo. Unas fuentes aseguran que la mayor parte de las reservas de este mineral se concentran en el corazón de África y apuntan básicamente a la República Democrática del Congo. El Centro de Estudio Internacional del Tantalio-Niobio en Bélgica, sin embargo, calcula que ese país tiene menos del 10% de las reservas de coltán.
LA GUERRA DEL COLTÁN
LA GUERRA DEL COLTÁN
La Segunda Guerra del Congo —conocida también como Guerra Mundial Africana, Gran Guerra de África o la Guerra del coltán— fue el conflicto armado que tuvo lugar en gran parte del territorio de la República Democrática del Congo (el antiguo Zaire), con posterioridad a la Primera Guerra del Congo. Este conflicto se inició en 1998 y terminó formalmente en 2003, cuando asumió el poder un gobierno de transición bajo los términos del Acuerdo de Pretoria. Los combatientes provenían de nueve naciones (además de existir dentro del país veinte facciones armadas distintas), lo que lo convierte en el conflicto continental africano más grande del que se tenga noticia.
Provocó la muerte de aproximadamente 3,8 millones de personas, la mayoría de ellas por hambre y enfermedades prevenibles y curables. Dentro de estos graves hechos, se considera a este episodio el más álgido dentro del llamado «genocidio congoleño». Esta trágica cifra convirtió a esta guerra en el conflicto más mortífero desde la Segunda Guerra Mundial, y eso sin contar los millones de desplazados y refugiados en los países vecinos
Sea como fuere la República Democrática del Congo es uno de los primeros productores del Coltán junto a Australia, Brasil, Canadá, China o Ruanda, que curiosamente no tiene reservas de coltán. Varias investigaciones a lo largo de los últimos años han puesto de relieve la utilización de mano de obra infantil y otras formas de esclavitud en algunas minas de coltán en la República Democrática del Congo, especialmente en zonas rurales donde las milicias operan a sus anchas sin ningún tipo de control o gestión gubernamental.

Una investigación de Amnistía Internacional y Afrewach ha seguido el rastro del cobalto obtenido de las minas artesanales de República Democrática del Congo donde centenares de menores son explotados.
Sus dolores musculares y problemas pulmonares son demasiado comunes para tener poco más de 10 años. Lo son también los gritos recibidos, los abusos físicos y psicológicos, las decenas de horas de trabajo diario en una mina. El dolar y medio obtenido por cada fatídica jornada de extracción de cobalto, material fundamental para la fabricación de las baterías que acaban siendo comercializadas por una empresa china cuyos materiales, a su vez, acaban abasteciendo a Volkswaguen, Apple, Microsoft, Samsung, HP, e incluso Disney, según los documentos a los que ha tenido acceso Amnistía Internacional.

La organización asegura que ninguna de estas multinacionales ha proporcionado los datos suficientes para poder verificar de manera independiente de dónde procede el cobalto de sus productos. Por esta razón, concluyen que " no tienen en cuenta los riegos para los derechos humanos".
Pero la pregunta más importante es ¿Qué se puede hacer para parar esta situación?. Las empresas van a seguir fabricando sus productos con materias primas de origen conflictivo. Está es una cuestión bastante complicada y en mi opinión la mejor forma de parar a las compañías es con el ejermplo. Investigando he encontrado esta pequeña compañía de Amsterdam que empezo en 2013 llamada Fairphone (teléfono justo)
Pero la pregunta más importante es ¿Qué se puede hacer para parar esta situación?. Las empresas van a seguir fabricando sus productos con materias primas de origen conflictivo. Está es una cuestión bastante complicada y en mi opinión la mejor forma de parar a las compañías es con el ejermplo. Investigando he encontrado esta pequeña compañía de Amsterdam que empezo en 2013 llamada Fairphone (teléfono justo)

Fairphone es una pequeña empresa cuya motivación principal para la fundación del proyecto es la de desarrollar un teléfono móvil inteligente para el cual se utilice materiales "libres de conflicto" y que sea producido bajo condiciones de trabajo justas durante toda su cadena de producción.
Esto no es una solución, y he de decir que son bastante caros, sin embargo, ejemplos como
este son importantes. Su móvil no ha sido un éxito, de hecho no son casi conocidos pero así empieza
el cambio poco a poco y sus 111755 clientes satisfechos actuales significan algo. Apoyar y difundir este tipo de iniciativas es mi forma de frenar la detestable situación actual creada por el coltán
y no será un gran cambio, pero este es un cambio que va ha ser muy lento, y no sé pero mi próximo movil ya se de que marca va ha ser.
y no será un gran cambio, pero este es un cambio que va ha ser muy lento, y no sé pero mi próximo movil ya se de que marca va ha ser.
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